Blog

opiniones, artículos, comentarios...

PEDAGOGÍA VERDE. BERLANGA DE DUERO. CEINCE SORIA

La Soria de Machado me recibe una tarde de viernes, con esa tranquilidad de Castilla en su cielo, azul nítido y en las calles recoletas de Berlanga de Duero.

Alojadas en la posada, comienza ese viernes tarde con la cena de todo el grupo, el curso de Pedagogía Verde. No sé lo que me espera ni tengo expectativas, sé que vamos a jugar, y eso ya me es suficiente. Cómplices con la noche salimos a pasear por un paraje rivereño, las estrellas colgadas y lucientes saludan nuestro atrevimiento. A dormir con la sonrisa de la nocturnidad.

El sábado, tras el desayuno en un bar restaurante de la plaza, comienzan las ponencias. Todas ellas se llevan a cabo en el edificio y jardín anejo al CEINCE, atendido por el catedrático Agustín y su esposa Puri, ambos docentes.

La tan ansiada tarde llega y a las cuatro y media el jardín se despliega en espacios distintos para el juego. Nos disfrazamos, corrimos, reptamos, saltamos, ganchilleamos, fuimos en barco vikingo, fuimos gallinas con pollitos, remeras, instrumentistas…de todo porque el juego es vida. Aitziber y su compañera nos hacen partícipes de su proyecto en la escuela infantil de Leitza, me trae recuerdos de mis Haiku hechos con materiales orgánicos y de marea. Un ejemplar se ha ido a tierras navarras con ella, que es pura sensibilidad, pura natura. Agur, agur t’erdi!

El domingo nos esperaba el cañón del río Talegones para la excursión a pie por sus parajes, sus umbrías, sus campos de yerba, las amapolas esbeltas y frágiles pero combativas en su rojo color excepcional, no menos que los amarillos que atraían insectos por doquier y mariposas viviendo a prisa sus veinticuatro horas de vida hábil. Después del desayuno una sorpresa totalmente inesperada, Heike regalaba un río del que nos leyó un poema, ¡¡¡era Miguel Hernández!!! ha venido conmigo no puedo estar más satisfecha.

Gracias a todas por la intendencia, los preparativos, los contenidos…ha sido maravilloso este encuentro.

Daniela Bartolomé Moro

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *