RECITAL DE «EL HOMBRE QUE FUE JUEVES» EN EL MODERNO DE LOGROÑO
Viernes noche, último día de enero del estrenado 2020, la ciudad, Logroño en un recoleto rincón de su casco viejo donde se ubica una cafetería centenaria, Café Moderno.
Ana Cuaresma da comienzo al recital saludando y agradeciendo a los presentes su visita y su colaboración. Una a una fuimos pasando por la tarima, recitando los poemas salidos de nuestras entretelas. Otros presentaron sus pinturas que traen, siempre, con ellas el olor de la poesía.
Y en este ir y venir, devenir del momento se alzaron voces, sentimientos, recuerdos, emociones…todas esas cosas que la poesía hace valer y que nos dulcifican la existencia.
Los aplausos, las risas, las sonrisas por el buen rato deparado por el encuentro, fueron clave y cónclave, para luego charlar animadamente en una posterior cena. No fuimos doce, como los apóstoles, fuimos quince en consonancia, bien avenidos porque los lazos que genera poesía son largos y están bien entroncados, así nos acogen a todas y todos en su abrazo.
Llegan también noticias de la antología, será con el buen tiempo, a la sazón de la bondad de la próxima estación y quizá (lo comentamos con boca pequeña) con posible traducción. ¡Oh, qué esplendor será leernos en otro idioma!
Mientras llega, estos encuentros nos reafirman, nos consolidan y nos hacen partícipes de las otras y otros todas y todos quienes componen este colectivo literario y poético «El Hombre que fue Jueves«
¡Larga vida!
© Daniela Bartolomé Moro
COLIFATA F.M.
La voz se expande,
un tiro mata,
la torre Eiffel tiene un sexo
de hierro entre sus patas.
Mirar desde lo alto no engrandece.
Si tres besos, un holandés
si uno, puede que un Judas,
el hambre de amor es mal mundial.
Pon un colifato en tu vida,
deja tu comodidad.
Nos recubre un plástico fino
que no deja respirar.
¡Canta!
La voz se expande como el mar.
Sí, soy voz.
©Daniela Bartolomé Moro
del poemario Gobada
HABLA VICENTA CON SU HIJO
-Madre.
¿qué tiene hoy el limonar
que huele a azufre ya a muerte?
-No tiene nada, mi niño, mira
sus limoncitos, ¡qué verdes!
-Que no, madre, que hoy sangran,
han encarnado mis manos
como un morlaco gimiente.
Braman diciéndome que huya
de los limoneros verdes…
-No hagas caso niño mío,
Rey de mi gitana fuente
coge mi brazo y vayamos
por el balaústre celeste.
Por el cielo acongojado, dos siluetas
se recortan en el disco lunar, verde.
©Daniela Bartolomé Moro
del poemario Granada
Dejé Logroño así, despuntando el nuevo día.
¡EZKERRIK ASKO DENOI! ¡¡GRACIAS A TOD@S!!!!
©Daniela Bartolomé Moro