SUSANA BENET POETA, O COMO TOMAR TÉ CON HAIKUS Y AGUA DE MAR
Las veladas poéticas dentro de las actividades culturales de la UIMP, traen de la mano de Carlos Alcorta, su coordinador, a la poeta valenciana Susana Benet.
Una pena haberme enterado de este hecho cuando coincide con la clausura de la actividad en sí, pero una inmensa alegría haber podido compartir el hecho poético con un nutrido grupo de personas amigas y amigos de la poesía: Nieves Álvarez, Marisa Campo, Dori Campos, Juan Francisco Quevedo (atentos que este ultimo está en preparatorio de una novela de carácter histórico, que aunque es una laboriosa labor lectora de hechos y demás legajos, no habrá que perderle la pista para ver su progreso y final edición). En el añejo Salón de Los Infantes estaba una gran mesa preparada con pastas y dulces, tazas y copas para poder, mientras charlábamos con la poeta, tomar café, té o zumo a gusto de cada cual. El ventanal enorme y abierto, se hacía eco del rumor cantábrico y espumoso por excelencia, pues el enclave privilegiado del Palacio de la Magdalena es una pura inspiración haikina.
A la hora convenida bajamos al salón donde se llevó a cabo la presentación de la poeta por parte del coordinador, y la posterior lectura de su puño y voz de una serie de haikus que ella clasificó del siguiente modo:
- con temática de naturaleza
- con temática urbana
- con temática sobre sentires de la autora (este apartado el más transgresor, por ir contra los principios de este nimio modo japonés de poetizar -en métrica, versos y temática- , pero a la vez como ella bien dice «las normas también son para no cumplirlas»
Cuando nos presentaron me atrajo su mirada clara, su tranquilo decir, su expresión sonriente, pero lo que me conquistó definitivamente fue escucharle leer sus propios poemas. Lo simple, a primera instancia que luego se desmiente, en imbricado juego con la instantaneidad por hacerte llegar en un soplo, acaso el huracán o el tornado. Me clavó esas agujas sutiles de lo que nos circunda, vestido con delantal por cotidiano, pero que nos puede dejar «muertas», por confrontadas, sorprendidas, emocionadas o asustadas.
Regresé imbuida de poesía, de haikus, de mar, de sal y de eso que solo la Poesía sabe proporcionarme…Ilusión quizá, no sé responder pero lo cierto es que sabe a Felicidad (ya lo dice la canción amigas y amigos: «Felicidad, que bonito nombre tienes»)
Susana Benet es sinómimo para mi ya y para y por siempre de FELICIDAD. Gracias poeta haikina, un grato placer.
*una fruslería que me gustó mucho, fue enterarme por la poeta que los que más saben de haikus a nivel nacional son los de Albacete y que para recitar haikus se hace en forma de eco, es decir, el mismo se lee dos veces para,- como apostilla Susana Benet – «que no se nos vaya». ♥ Ella optó por leer cada uno una sola vez y hacer una brevísima pausa entre ellos.
Susana
Para mí fue una experiencia casi mágica, por el lugar, por la calidez que me envolvió en cuanto contacté con el grupo y por lo fácil que me resultó expresarme, cuando momentos antes estaba llena de dudas y temores. Muchas gracias por tu artículo sobre mi lectura. Eres muy generosa. Yo también me sentí feliz en vuestra compañía. Recuerdos y besos,